#13 ¿Cómo ser un mal jefe? Descargas eléctricas y un Navy Seal
No tengo ni idea de como ser un buen jefe o jefa, pero si sé los jef@s que me han aportado y los que no.
Hola soy Francisco Fernández @franferparra, Principal Director de Accenture y esta es mi newsletter dedicada a entender la tecnología a través de la simplificación. Porque no es lo mismo Simple que Fácil!
Bienvenido otra semana más a Simplificando. Esta semana quería volver a tocar algún tema tecnológico como el 5G o el Martech, pero debido a cosas que he visto alrededor mío esta semana, he recordado un tema del que quería hablar. ¿Cómo ser un mal jefe?
Este post no pretende ser un estudio sesudo sobre liderazgo, de hecho, todo lo contrario, se basa en mis experiencias personales habiendo conocido buenos y malos gestores de personas, así que lo más probable que en ciertas cosas estés de acuerdo y en muchas otras hayas tenido otro tipo de experiencias.
Vamos con una experimento curioso
En 1963 en la Universidad de Yale el profesor de psicología Stanley Milgram quiso estudiar el comportamiento de los individuos cuando reciben órdenes de una autoridad superior que entran en conflicto con su conciencia individual.
El experimento constaba de tres personas: la Autoridad (un profesor de la Universidad), el Maestro (un voluntario que recibía una paga) y el Alumno (que era un gancho del profesos que se hacía pasar por voluntario también).
El proceso empezaba haciendo creer al voluntario que los roles entre Maestro y Alumno eran aleatorios, aunque estaba preparado, el voluntario siempre ejercía de Maestro pero no sabía la trampa. El setup era algo siniestro, separaban al Maestro y al Alumno por una mampara de vidrio y al Alumno le conectaban a algo parecido a una silla eléctrica con electrodos por todo el cuerpo. Pero antes de empezar tanto al Maestro como al Alumno se les daba una descarga de 45V para saber el nivel de daño o de incomodidad que podrían experimentar más adelante
A continuación, el Maestro recibía de la Autoridad una lista de pares de palabras que leía al Alumno. Seguidamente el Maestro leía solo la primera palabra del par dando al alumno 4 posibles respuestas. Si acertaba pasaba a la siguiente, pero si fallaba aplicaba una descarga de 15V, y en cada fallo aumentaba en 15V esa descarga, así hasta el último nivel que eran 450V. Como te puedes imaginar, las descargas eran ficticias, el “gancho” simulaba que recibía descargas e iba aumentando su escenificación, incluso al Maestro le ponían sonidos reales de gente sufriendo realmente y hasta el gancho simulaba convulsiones.
¿Qué pasó?
Pues en principio lo imaginable, cuando la cosa llegaba a los 75V (recuerda que el Maestro sabía lo que eran 45V) mostraban alguna reticencia respecto a continuar. Sin embargo, en cuanto la Autoridad les ordenaba continuar todos acataron. En los 135V ya muchos Maestros cuestionaban el experimento y querían parar, pero la Autoridad elevaba el nivel de las órdenes diciendo: “Usted no tiene opción alguna, debe continuar”.
Lo curioso del experimento es que el 65% aplicó la descarga máxima de 450V, aunque todos ellos se sintieron muy mal al aplicarla. Todos los participantes quisieron parar el experimento, pero ninguno se negó en rotundo antes de aplicar los 300V, es decir, la Autoridad convenció a todos los voluntarios a continuar con el experimento, aunque los Alumnos estaban en cotas de sufrimiento muy altas.
Aplicación
No pretendo decir con este experimento que los jefes quieran electrocutar a sus equipos, lo que quiero es que reflexiones, hasta qué punto estamos psicológicamente condicionados por la Obediencia a la Autoridad.
Imagina tu jefe te pide que prepares un papel para mañana y eso te va a hacer trabajar toda la noche, puedes pensar que es mala persona y acordarte de su árbol genealógico o como acabamos de ver en el experimento, pensar que a tu jefe se lo ha pedido su jefe y a él obedecido, aunque sabe que a ti te hace la puñeta.
Este principio de Obligación a la Autoridad hace que las compañías jerárquicas tradicionales hagan de correa de transmisión de las malas decisiones o de los malos jefes.
Por este motivo es tan importante que en los procesos de evaluación y en las promociones se tenga en cuenta además de los resultados individuales su labor o potencial como gestor de personas, y me da la impresión que, aunque estamos cambiando todavía nos queda mucho para entender que el liderazgo o la gestión de equipos es una competencia básica.
Además, hoy la gestión de las personas es todavía más complicada porque coinciden en la misma compañía dos modelos de percepción del éxito, uno tradicional basado en la recompensa (dinero y status), y otro más novedoso basado en el propósito (hago lo que quiero, cómo, cuándo y dónde quiero).
Al final tirado de tópicos, los empleados no renuncian a las empresas, renuncian a los malos jefes.
¿Cómo es un mal jefe?
La verdad es que la pregunta sería ¿Cómo ser un buen jefe? pero honestamente, no tengo ni idea. Sin embargo, todos sabemos que atributos tiene un mal jefe, pero espera, solo los muy malos reúnen todos, puede que en algún caso te identifiques con alguna de las caricaturas exageradas que vienen a continuación como es mi caso y que me sirve para saber por donde empezar a “ser mejor jefe”
El Controlador
Necesitan saber qué haces en todo momento, llamadas a primera y última hora para asegurarse que estás ahí. Su máxima: “Potencia sin control no sirve de nada”. Ahora lo están pasando fatal con el teletrabajo, su peor pesadilla es el icono del Teams en “Ausente”
¿Por qué este comportamiento no es saludable? Realmente dejan crecer poco a su equipo, nadie va a intentar hacer nada que no esté en los planes del controlador, y eso a la larga hace que todo el equipo pierda la motivación y se conviertan en meros ejecutores de órdenes durante 8h.
Si unimos a este tipo de jefe con empleados que como comentaba más arriba quieren poder gestionar el cómo y el cuándo pues ya tenemos el lío montado.
El Paternalista
Los miembros de su equipo son como sus hijos, pobrecitos, han nacido desvalidos, menos mal que está él o ella para guiarles. Su máxima es: “no saltes que te vas a caer” o también, “ves, te lo había dicho al final te has caído”
Le pasa lo mismo que al arquetipo anterior, no deja crecer a los miembros de su equipo porque no les deja “equivocarse”. En mi opinión todos tenemos que enfrentarnos a nuevos retos para poder aprender, al igual que el niño tiene que aprender a caerse antes de poder correr, un equipo tiene que por obligación equivocarse para aprender.
La labor del jefe es que esas caídas sean parte del aprendizaje. Por ejemplo, las tareas del equipo no se pueden dar ultra detalladas y sin margen de error, porque lo que estamos haciendo es evitar que se equivoquen.
Burro de carga
Tiene un equipo y aun así está sobrepasado de trabajo, su máxima: “si quieres que algo salga bien, hazlo tú mismo”. Normalmente su equipo va a “medio gas” y él asume todas las tareas. Tiene un problema para delegar, no se fía de que puedan estar listas en tiempo y calidad.
Este perfil, asume las tareas porque cree que los miembros de su equipo todavía no están preparados pero la pregunta que se debe plantear es, si ha dedicado el tiempo suficiente para que aprendan.
El emperador del circo romano
Le encanta echar a la gente a los leones, cree que es la forma en la que se curten los verdaderos gladiadores. Su máxima: “Cesar, los que vienen a morir te saludan”.
¿Qué le pasa a este perfil? Cree que para aprender hay que sufrir, y aunque en cierto modo tiene algo de razón, lleva lo de salir de la zona de confort a otro nivel. Suele poner demasiado peso en los miembros de su equipo, añadiendo una presión adicional, por ejemplo, “vete a esta reunión, hazlo bien, que de eso depende la renovación del contrato”.
Su labor como responsable es estar en esas reuniones apoyando a su equipo, liderando si en algún momento se desvía, pero sobre todo dando apoyo y haciendo saber que si la cosa se tuerce ahí está él o ella para dar la cara también
Al que le quitaban el bocata en el colegio
¡Ojo peligrosísimo! Ahora es jefe y por fin puede dar rienda suelta a su venganza. Su máxima es: “Ahora os vais a enterar de quién manda aquí”. Digo que es peligroso porque puede tener comportamientos que humillen a miembros del equipo, generalmente a los más débiles.
Este perfil hay que sacarlo de las organizaciones si existe, desgraciadamente todos nos hemos cruzado con alguno de estos a lo largo de la vida.
El medallista olímpico
Es especialista en colgarse todas las medallas de su equipo, no da visibilidad, pero ojo, como algo no salga bien, ya sabes de quien es la culpa… … Es uno de los arquetipos más comunes en las organizaciones.
Iniesta, el rey del “tiki taka”
Otro grande dentro de las organizaciones, el que reparte juego y nunca se queda con nada. Tiene a todo el mundo liado, pero él no tiene ninguna tarea, él está solo de supervisor. Le cae un “marrón” y automáticamente empieza con el tiki taca hasta que se queda sin tareas
La tete de la course
Este es el adicto al trabajo que cree que todos los demás van a seguir su ritmo y empieza a tirar y en medio del puerto al resto del equipo le da una pájara
Son personas que no conciben que el resto del mundo no esté dispuesto a dar el 200%, y además asumen que los sacrificios que ellos hacen tienen que servir de ejemplo. Si el jefe renuncia a sus vacaciones, todos los demás tienen que seguirle, porque él predica con el ejemplo.
Este es otra máquina de quemar empleados, además a diferencia de otros arquetipos, este los quema muy rápido y los hace irrecuperables.
La comuna asamblearia
Por último, tenemos al que se cree que las todas las decisiones hay que tomarlas por consenso, no hay jerarquía, somos horizontales.
Que un jefe escuche a sus equipos, que aprenda de ellos no significa que al final él no tenga la responsabilidad de la toma de la decisión y de guiar al equipo
Me acabo de terminar un libro escrito por un Navy Seal que estuvo al mando de un pelotón en la guerra de Irak que se llama Extreme Ownership donde habla sobre liderazgo y lecciones aprendidas en el combate y como llevarlas al entorno empresarial. El libro no descubre el fuego, pero tiene cosas interesantes:
Espero que te haya gustado la edición de esta semana, me ha quedado algo rara, con un experimento psicológico de los años sesenta, unas caricaturas y un Navy Seal. Como te decía he intentado plasmar mi experiencia viendo muchos equipos y muchos jefes
Ya sabes, dale al 💖pero sobre todo te agradezco que lo compartas en las RRSS
Hasta la semana que viene
que bueno.... j de confesare que he sufrido a más de un arquetipo que has descrito en el post. ;)
Muy buenas reflexiones y totalmente de acuerdo. Gracias