Hola soy Francisco Fernández @franferparra, Principal Director de Accenture y esta es mi newsletter dedicada a entender la tecnología a través de la simplificación. Porque no es lo mismo Simple que Fácil!
¿Cuántas veces en la última semana, el ultimo mes o quizá en el último año has escuchado la palabra Transformación Digital? ¿Te pasa que cada vez te suena más a un concepto de marketing? ¿Te genera desconfianza?
A mediados del s.XIX se descubrió oro en el norte de California en capas muy superficiales. La noticia corrió como la pólvora y en poco tiempo California se llenó de buscadores de oro generando la conocida “Fiebre del oro”
Todos estos mineros improvisados llegaron bajo la promesa de que era sencillo volverse rico, tan solo había que cavar y el oro aparecería
Sin embargo, el destino de estos mineros fue incierto y pocos de ellos se hicieron realmente ricos. Los que finalmente sí se hicieron ricos fueron los vendedores de picos y palas
Pero dentro de toda esta vorágine hubo quien innovó y reforzó sus tejidos e incluyó remaches de cobre en sus pantalones para que los mineros no los rasgasen al introducir sus herramientas:
Pero ojo, que también se hicieron ricos estos otros vendiendo remedios para todo tipo de dolencias (ver al final del post la curiosidad del “Snake oil salesman”).
Todo esto viene a que actualmente vivimos en un mundo donde la barrera de entrada a las tecnologías ha bajado muchísimo, y parece que todo son oportunidades de Transformación Digital alrededor de la tecnología donde existen las compañías que innovan y “vendedores” que se aprovechan de los mineros con sus ungüentos…
¿Podemos definir la Transformación Digital?
Vamos al lío, ¿existe alguna definición oficial del término, “Transformación Digital”?
Pues la verdad es que no, cada vendedor de software, cada consultora o agencia de diseño tiene su propia definición. Sin embargo, hay elementos comunes como son LaTecnología y El Cliente.
A mí me gustó una forma de definirla que vi en un Tweet de @AmancioBouza y que utilizo e interpreto yo para definirla:
Digamos que las organizaciones pasan por tres estados o niveles:
Digitization: Es el nivel más elemental, básicamente sería la fase en la que transformamos el papel en “ceros y unos”. Quizás pienses que esto es de otra época, pero piensa un segundo la cantidad de transacciones que todavía hacemos en papel: trámites en la administración, papeles que rellenan los técnicos cuando nos hacen el mantenimiento de la caldera de casa, las etiquetas del súper, etc.
Digitalización: La información digitalizada permite ser compartida fácilmente, permite ser explotada, combinada y enriquecida con otras informaciones. Gracias a los datos se pueden analizar los procesos y tomar medidas para mejorarlos. Aparece el reporting y los dahboards como herramientas para mejorar la toma de decisiones. En esta fase las organizaciones se dedican a la mejora de la eficiencia para traducirlo en ahorro de costes.
Transformación Digital: Es la última fase del viaje, y es donde las compañías a través de la tecnología pueden ofrecer nuevos productos a sus clientes y donde el foco está en crear más valor. En general para poder llegar a esta fase tienes que haber pasado por las otras dos, evidentemente, no es posible llegar a este punto a base de libretas de papel, ni con procesos ineficientes o sin sistemas que me permitan automatizar los procesos.
Generalmente cuando escucho hablar de Transformación Digital generalmente se están confundiendo las etapas 2 y 3. Si estamos en una estrategia de implantar tecnología para ser más eficientes entonces estoy digitalizando mis procesos y si también estoy pensando en como voy a dar más valor a mis clientes o como puedo competir de manera diferente entonces estaré en el 3.
Voy a poner un ejemplo, a modo didáctico, para para ilustrarlo. Imagina que tienes un restaurante y tomas las reservas y las comandas como siempre, mediante papel y lápiz. En una primera fase de Digitization, montas una web de reservas y un sistema de comandas digital.
En el momento que tienes los datos de tus clientes de forma digital, puedes empezar a hacer análisis de cómo mejorar tu proceso de aprovisionamiento en base al análisis de las comandas, también puedes hacer una previsión más precisa de la demanda del restaurante para optimizar el espacio y rotación de mesas.
Por último, una vez que tienes los procesos digitalizados puedes aprovechar para crear una “dark kitchen” (un restaurante que no tiene cara al público y es solo delivery) y mediante una aplicación integrarla con la información del restaurante y tener un almacén central, utilizar el Marketing Digital para hacer retargeting de clientes que han ido a uno o han pedido comida del otro, etc…
Este como digo es un ejemplo sencillo, pero puedes ver como el último paso es el relevante y el complicado, que una compañía se “invente” un nuevo producto o modelo de negocio es algo que a las compañías con cierto legacy les cuesta. Aquí es donde entra el dilema del innovador, si no leíste esa edición, te lo recomiendo.
¿Cómo afrontan las compañías a la Transformación Digital? o ¿Cómo me quito esos kilillos?
Para hablar de este punto voy a tirar de una analogía, imagina otro tipo de transformación, por ejemplo, la pérdida de peso. ¿Podemos decir que existe una fórmula genérica que podamos aplicar a cualquier individuo para llegar al objetivo de pérdida de peso?, ¿crees qué deben afrontar de la misma forma la pérdida de peso una persona con sobrepeso común, un deportista de élite o una persona con alguna patología?
Parece obvio que no, así que tanto la pérdida de peso como la Transformación Digital necesitan de una estrategia.
Imagina que te propones adelgazar, ¿por dónde empezarías?
1. Analiza el contexto
Conocer el contexto es básico para diseñar la estrategia digital, no es lo mismo por ejemplo una empresa B2C con un cliente totalmente digitalizado que una empresa industrial B2B. Pero además de contexto externo es muy importante entender el contexto interno de la compañía, entre otros aquí te dejo algunos factores a tener en cuenta
Comité de Dirección de la compañía: ¿entienden qué tienen que cambiar ciertos paradigmas y que van a tener que dedicar inversión por ejemplo a la tecnología de una forma diferente? ¿Van a ser capaces de tomar decisiones difíciles?
En nuestro ejemplo de la pérdida de peso, serías tú mismo, ¿tienes la convicción de que quieres cambiar?, ¿sabes que vas a tener que hacer ciertos sacrificios?, ¿estás dispuesto a dedicar tiempo a cocinar en vez de comprar procesados?
Organización y procesos: Influye mucho como sean las compañías, muy jerarquizadas, con mucha dispersión geográfica, con procesos homogéneos o con una organización basada en “Reinos de Taifas”.
En nuestro ejemplo serían tus hábitos, ¿eres sedentario?, ¿acostumbras a salir más que el camión de la basura?, ¿tienes estrés o ansiedad?
Función de IT: Es una pieza clave en la estrategia digital, va a ser el acelerador del cambio o el lastre de la transformación. Este es uno de los puntos del contexto que más hay que tener en cuenta a la hora de diseñar la estrategia.
En la pérdida de peso aquí englobaríamos todas las herramientas que nos ayudan a acelerar el cumplimiento de nuestro objetivo, por ejemplo, el gimnasio o la actividad física (el pádel ayuda, pero cuidado con el postpartido)
Talento: ¿existen las personas que puedan ejecutar las nuevas tareas que demande la estrategia? ¿tenemos que ir al mercado a contratar? Estas preguntas es muy importantes hacérselas antes de empezar el viaje. Cuando hablo de talento hablo de aptitudes y actitudes. Es fácil evaluar si tenemos las aptitudes porque es fácil describirlas (programadores de la tecnología A, diseñadores, o científicos de datos, por ejemplo), pero lo difícil es saber si nuestros equipos tienen la actitud para cambiar, a veces implica perder cuotas de poder, implica compartir información, etc.
Para perder peso ¿tienes los conocimientos suficientes para entender cómo funciona tu organismo? ¿estás en un momento en el que vas a tener la actitud para afrontar cambios?
2. Fija los Objetivos y no los confundas con tu estrategia
Lo primero es no confundir el objetivo con el medio para conseguirlo, en el ejemplo de la pérdida de peso, el objetivo estratégico debería ser tener un estado de salud mejor y uno de los medios es la pérdida de peso, pero no se puede estar permanentemente perdiendo peso.
Por eso, un objetivo de reducir costes, si recordamos la pirámide, es un objetivo de digitalización, pero no de transformación. Es decir, voy a ajustar ciertos procesos para que sean más eficientes, pero después tendré que replantearme que hago, e igual ya es tarde y un competidor ha sacado un nuevo producto mientras yo me esforzaba en ser el más eficiente.
También es importante fijar objetivos alcanzables, es decir, yo puedo querer cambiar mi estado de salud y parecerme a Cristiano Ronaldo pero con diez años más que él y trabajando sentado en una silla 10 horas diarias, pues igual lo tengo difícil…
Cuando veo ponencias a empresas donde se ponen como ejemplos de transformación a compañías como Apple, Amazon o Google, es como si me voy al gimnasio y me dice el monitor que si prefiero ponerme como Thor o como el Capitán América, y al cabo de dos meses lo máximo que he conseguido es gastarme el dinero y esto:
3. Define tu plan, define tu estrategia, pero sin bola de cristal
Aquí es donde se une el contexto y los objetivos, es como saber el punto de partida y el destino, y lo único que nos falta es que el GPS nos diga por donde ir. Pero tienen que ser muy claras las instrucciones, que mi tentación es tirarme a los donuts…
Nuestra estrategia de ser más saludables no puede apelar a la fuerza de voluntad o a la motivación, ese camino no funciona… Tiene que apelar al cambio de hábitos de forma consciente, es decir, a cambiar nuestras malas costumbres, y sostenerlas en el tiempo hasta que se generen nuevos hábitos. De nada vale decir que no coma procesados si cuando voy a hacer la compra lleno el carro de “guarrindongadas”. Es decir, el cambio tiene que ser profundo y no solo en lo que es más evidente.
No vale implantar tecnología y pensar que con eso llegaré a los objetivos, hay que cambiar la forma en la que se construyen los sistemas, hay que cambiar los procesos presupuestarios, hay que cambiar la forma en la que se generaban y guardaban los datos de la compañía, hay que dejar de hacer cosas que no aportan valor y que son herencias del pasado, en definitiva, hay que cambiar los procesos y la organización y ojo eso es muy difícil.
¿Cuántas empresas conocéis que han invertido en migrar sus sistemas al Cloud, han implantado herramientas de “SaaS”, han contratado científicos de datos y están igual o peor?
Otra de las formas de ver si la estrategia puede funcionar es ver si es concreta, es decir, si no utiliza grandes frases que cuesta entender como por ejemplo:
completely leverage existing leading-edge catalysts for change
rapidiously monetize future-proof innovation
dramatically simplify cross-platform manufactured products
La verdad es que no son reales, pero ¿a qué si te hubiese dicho que las he sacado de una presentación de consultor te lo hubieses creído? 😜
Podéis hacer la prueba con cualquier discurso político, si no lo entiendes entonces es que no hay estrategia o peor, sí la hay y es muy mala. 🤦♀️
Son generadas automáticamente por una página para generar este tipo de frases, puedes probar aquí
Me queda por contarte los saboteadores a la estrategia, pero lo abordaremos en un post futuro porque tienen entidad suficiente para llenar muchas páginas, piensa las veces que has intentado cambiar tus hábitos y porqué has fracasado, pues esos son los saboteadores…
Hasta aquí el post de esta semana, otra vez que me ha quedado un poco raro, he querido utilizar la analogía de la pérdida de peso o el cambio de hábitos porque me parece que cuando hablamos de transformación, compañías y estrategias, nos queda un poco lejos, pero cuando entendemos a nivel micro los pasos que tengo que dar para generar una transformación, es más fácil extrapolarlo al nivel macro, por lo menos a mí me ayuda.
Este es un post de pura opinión, fruto de mis experiencias y mis reflexiones, así que como te contaba, como todo depende del contexto, puede que tú tengas otras opiniones u otras experiencias y me encantaría conocerlas, así que coméntalas en el post o en LinkedIn.
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Gracias por leerme y hasta la semana que viene
Curiosidad
¿Sabes por qué asociamos la imagen del vendedor del oeste a un fraude? En inglés hay una expresión que se llama “Snake Oil Salesmen” y cuyo sinónimo en español podría ser un “timador con tintes de charlatán”. Fue una expresión que se popularizó en Estados Unidos, a mediados del siglo XIX para trabajar en el ferrocarril llegaron trabajadores de China y traían con ellos entre otras medicinas tradicionales, aceite de serpiente de agua. Un aceite lleno de Omega 3 con cualidades antiinflamatorias.
Los americanos veían como los inmigrantes chinos se lo aplicaban en las articulaciones y lo tomaban generándoles beneficios. No tardaron en intentar “imitar” ese aceite, pero en EEUU no existe la serpiente de agua así que fabricaron un aceite de grasa animal y más porquerías diciendo que era de serpiente de cascabel y se dedicaron a venderlo en caravanas de pueblo en pueblo, hasta que les pillaron. Llegaban a decir que curaba los dolores de cabeza y hasta el enfado de las mujeres
¿Puede ser el antepasado de la Teletienda?
Fantástico artículo, una genialidad el ejemplo de la pérdida de peso, claro y didáctico.
Sin duda #simplificando es la definición más acertada.
Muchas gracias por compartir su conocimiento.